Por Javier De León.
Las Sociedades Anónimas Deportivas nacieron formalmente hace 20 años, impulsada por el Ministerio de Deporte de aquella época y de su ministro Jaime Trobo, y básicamente consiste en que un club, Asociación Civil sin fines de lucro, le cede el activo fútbol, su manejo, sus ingresos, a una Sociedad Anónima, por un período extenso, por lo menos 10 años, sino 15.
Las SAD demoraron en avanzar sobre las instituciones, pero en los últimos años se han incrementado, y a esta altura ya generaron cambios estructurales, que exceden lo circunstancial, y que están modificando el paradigma del fútbol uruguayo.
Vinieron en definitiva a blanquear y ordenar situaciones que desde el fondo de los tiempos ocurrían. Que un individuo pusiera dinero en un club no es novedad, y que a cambio se quedara con un porcentaje de la transferencia de un jugador importante, o que esgrimiera el dinero colocado para forzar decisiones en la interna sin ser dirigente, tampoco es desconocido.
No era sano, eran situaciones de corto plazo, que traían más inconvenientes que soluciones.
El diferencial de las SAD, más allá del dinero que puedan aportar, está en el gerenciamiento a largo plazo del producto fútbol. El que maneja la SAD asume obligaciones y derechos, sabe que si invierte tendrá un largo plazo para recuperar la inversión, y también, que tendrá la posibilidad de tomar decisiones, con sus riesgos y sus beneficios, pero con la posibilidad de hacerlo con un horizonte temporal más allá de la punta de su nariz.
El cambio de paradigma tiene su efecto en la cancha. Los tres clubes que ascendieron a Primera División para esta temporada, tienen gran chance de permanecer. Además, Rentistas ganó el Torneo Apertura, el Montevideo City Torque, con fútbol práctico y efectivo, está en posiciones de clasificación a la próxima Copa Libertadores, y el Deportivo Maldonado va recuperando camino. En tanto, otro club de mucho arraigo también se convertirá en SAD: el Racing Club de Montevideo.
Como contrapartida, dos históricos clubes sociales de permanente figuración en las primeras colocaciones, sufren en este Uruguayo. Danubio tiene pie y medio en la Segunda División , y Defensor Sporting, también arriesga a descender .
No es el único cambio evidente de la irrupción de las SAD. Por primera vez, un equipo menor adquirió a un equipo grande un jugador por cifras millonarias, y esté jugará en el chico antes de pasar al exterior. Santiago Rodríguez, fue adquirido por el Grupo City a Nacional en una cifra millonaria en dólares, y jugará en Torque en el Torneo Clausura. Luego irá seguramente a Nueva York.
No es el único caso. Renzo Orihuela, zaguero actual de Nacional, también fue adquirido por el Grupo City, y también es muy probable que juegue en Torque antes de seguir su carrera en el exterior. Esto es, se debilita el equipo grande y se fortifica, aúnque más no sea por un breve plazo, el cuadro menor.
Es un camino sin retorno. Las SAD llegaron para quedarse.