Columna de opinión por Dr. Fernando Doti.
La ANEP resolvió iniciar acciones judiciales contra los padres de una comunidad menonita del departamento Florida, por no enviar a sus hijos a la escuela. El órgano estatal detectó en 2023, que 11 niños de esa comunidad de inmigrantes de Estados Unidos «no asisten a centros educativos públicos ni privados».
Pero ello no es tan así. Los padres de los niños alegaron y acreditaron que sus hijos estaban siendo asistidos por dos educadores, y que cursaban sus estudios en el colegio Face Primary Army, de Estados Unidos.
Según informara el diario capitalino El País, hubo al menos, tres instancias de acercamiento desde que detectaron el caso, incluso le ofrecieron la posibilidad de asistir a escuelas públicas del departamento, y hasta asistirlos en abrir un colegio autorizado, pero los padres no aceptaron las opciones. Ello me hizo acordar a la frase del ex presidente norteamericano Ronald Reagan: “Las palabras más aterradoras en el idioma inglés son «Hola soy del gobierno y estoy aquí para ayudar».
Y está muy bien que no hayan aceptado y tal negativa es ajustada a derecho.
En efecto, el art. 68 de la Constitución de la República, establece que “Queda garantida la libertad de enseñanza. La ley reglamentará la intervención del Estado al solo objeto de mantener la higiene, la moralidad, la seguridad y el orden públicos. Todo padre o tutor tiene derecho a elegir, para la enseñanza de sus hijos o pupilos, los maestros o instituciones que desee”.
Si bien se aprecia la libertad de enseñanza está garantida y, precisamente en ejercicio de su libertad, los padres de estos niños han decidido que la instrucción esté a cargo de un colegio norteamericano. Según trascendió, motivos de orden religioso habrían determinado esa decisión. Cada individuo es libre de profesar la religión que prefiera y en el caso, es libre de elegir el tipo de educación para sus hijos, en la medida que no lesione el derecho de terceros. Además del art. 68 ya citado, su decisión encuentra amparo en los establecido en los artículos 7 y 40 de la Constitución. En el caso no se advierte ninguna cuestión que lesione, primero el derecho de los niños y mucho menos el de terceras personas.
El único interés “lesionado” es el de políticos y burócratas que tienen la fatal arrogancia de creer que pueden pensar y decidir mejor que la gente, respecto de sus proyectos de vida.
La educación es un proceso abierto, de constante y permanente descubrimiento, de ensayo y error, en donde nadie tiene la precisa acerca de qué es lo que se debe hacer y no hacer. En materia educativa y del conocimiento en general, nunca hay puertos de llegada, tan solo de salida. Mientras tanto, navegamos en el mar de nuestra ignorancia, puesto que, al fin de cuentas, todos somos ignorantes, nada más que en temas distintos.
Es importante precisar los conceptos: Los menonitas decidieron apartarse de la educación estatal uruguaya. Porque es eso, educación estatal. Se le pone el nombre de pública porque queda mejor al oído y para distinguirla de la privada, como si la privada no fuera para el público también. En los hechos, tanto la educación pública como privada, son lo mismo, vale decir, es educación estatal. Es la currícula que impone la política según sus parámetros y según lo que el Estado entiende, es lo mejor para adoctrinar a una sociedad. Ejemplos sobran en los textos de estudio, respecto de la afirmación precedente, extremo sobre el que ahondado en alguno de mis libros y que, explicitarlos ahora, implicaría extender demasiado esta breve nota.
El primer deber del gobierno es proteger al pueblo, no dirigir su vida. Es curioso y a esta altura causa gracia, oír a los políticos en general reivindicar el voto del soberano, dando a entender que somos muy lúcidos e iluminados a la hora de votar, pero, a la hora de los bifes, cuando sus intereses corren peligro, parece que no lo somos tanto. Es esa megalomanía, de creerse mejor que los demás, cual seres celestiales que presumen saber qué es lo mejor para la vida de cada uno, creyendo que pueden decidir sobre los proyectos de vida de los demás. Pasa con la educación, pero también pasa en la vida laboral y ni que hablar en los sistemas jubilatorios, en donde la gente es víctima de un saqueo fenomenal durante toda su vida activa, para aumentar las arcas del ogro filantrópico.
Esta pequeña comunidad menonita de Florida, nos han dado una lección de dignidad y de defensa de la libertad. Fueron, como alguna vez deseó Artigas para su pueblo, ilustrados y valientes.